En La Marmita, llevan en su ADN la pasión y tradición de una familia italiana arraigada en el Perú por más de un siglo. La quinta generación ha heredado el arte de elaborar productos artesanales con ingredientes de primera calidad, ofreciendo momentos de dulzura y felicidad auténtica a sus clientes.
El nombre de la pastelería, inspirado en las marmitas tradicionales donde se preparan muchos de sus ingredientes más exquisitos, simboliza el corazón del negocio. Cada día, la tarea está en crear postres artesanales, a mano, buscando la dosis perfecta e irresistible de dulzura.
La torta de chocomanjar es un imperdible de este local, sin embargo todos los postres son deliciosos. Mis favoritos, la torta de alfajor y el carrot cake.
No dejen de pasar por su dosis de dulce cuando estén por Punta Hermosa.