El crecimiento del Sur Chico ha traído consigo grandes transformaciones, y una de las más esperadas es la llegada del Mall KM40. Este espacio promete convertirse en el nuevo punto de encuentro de la zona, combinando funcionalidad, diseño y un profundo respeto por el entorno. Conversamos con Marco Polo Pelosi, arquitecto responsable del proyecto y vecino de Punta Hermosa, quien compartió su conexión con la zona, los retos de este ambicioso diseño y el impacto que el mall tendrá en la comunidad.

Desde el exterior, el centro comercial destaca por su imponente fachada, en un terreno de 600 m², con tres niveles que llaman la atención por las celosías de madera vertical que acompaña su volumetría. Sin embargo, al cruzar sus puertas, KM40 sorprende con un interior abierto y escalonado, donde los colores y materiales reflejan un espíritu «roots» que dialoga con los tonos y texturas del horizonte.

Para Marco Polo, el mar, la vida frente a él y la cultura «surfer» de la zona fueron esenciales en cada etapa del proyecto. “Estar en contacto con el mar y rodeado de una cultura de playa genera una identidad única, y quisimos reflejar ese arraigo en el diseño. Por eso nos alejamos de las propuestas típicas de centros comerciales y exploramos una composición más fragmentada, inspirada en los comercios que vemos en las playas del mundo”, explica. Así, KM40 no busca imponer una estructura rígida, sino emular la sensación de comunidad y autenticidad que caracteriza a lugares como la calle Islas Ballestas en Punta Hermosa.

La elección de materiales y colores refuerza esta conexión con el entorno. El uso de ladrillos envejecidos con acabados desgastados otorga una atemporalidad al diseño, mientras que el verde en contraste con los tonos marrones y desérticos responde a un objetivo claro: suplir visualmente la falta de parques y jardines en la zona. “Queríamos crear un oasis que aporte frescura y armonía al distrito”, señala Marco Polo.

Otro desafío fue maximizar el potencial del terreno, que originalmente no tenía vistas al mar. Gracias a su orientación estratégica, el proyecto incluye terrazas y espacios abiertos que ofrecen vistas al océano desde el segundo nivel, culminando en un rooftop que albergará una propuesta gastronómica de primer nivel y que promete convertirse en un punto destacado de la experiencia KM40. “Un proyecto debe anclarse a su entorno y aprovechar lo que este le da; en nuestro caso, el mar fue el elemento clave”, enfatiza Marco Polo.

Más allá del diseño, KM40 busca ser un motor de desarrollo para el Sur Chico. Reducirá la necesidad de viajar a Lima para acceder a marcas reconocidas, consolidando la tendencia de vivir en el sur todo el año. Además, su propuesta comercial y de entretenimiento rompe con la temporalidad del verano, ofreciendo un espacio activo durante todo el año. “Estamos acercando servicios y entretenimiento al corazón del sur chico, transformándolo en un destino, no solo en un lugar de paso”, asegura Marco Polo.

Con esta visión a largo plazo, el Mall KM40 se perfila como un punto de inflexión para la zona. “Nuestros distritos están creciendo, y este proyecto muestra cómo podemos hacerlo con sensibilidad y respeto por el entorno. Al final, el único beneficiario de este esfuerzo es la comunidad”, concluye Marco Polo, satisfecho de haber diseñado un espacio que marcará un antes y un después en el Sur Chico.